El Padre Ángel Manuel Brenes Elizondo, conocido por muchos como el Padre Manolo es un porteño de sepa que no oculta sus raíces y muestra con alegría la realización de ser un sacerdote entregado por los más pobres entre los pobres. Con casi trece años de ejercicio sacerdotal, el Padre Manuel ha entregado su vida en la última década como párroco de la comunidad parroquial de Pueblo Nuevo en Parrita, una región que vive entre limitaciones y esperanzas.
Luis Fernando Aguilar Canales y keylin Denís Cubillo Villagra, es un joven y comprometido matrimonio vecino de Filadelfia Guanacaste. Este matrimonio cuenta que, en su vida parroquial, han experimentado la romería con un espíritu de particular servicio, colaborando en la dimensión logística de hacer propicio que muchos parroquianos puedan vivir esta experiencia del camino con un claro sentido. Para este año no será la excepción, conscientes que para acompañar la juventud se requiere caminar toda la vida, escuchándoles.
En el proceso vocacional de un sacerdote o consagrado, son muchas las personas que interactúan y aportan durante el tiempo de formación y de discernimiento vocacional; entre ellos, podríamos señalar sin duda a los formadores, a los mismos sacerdotes y religiosos, y a un sin número de agentes de evangelización laicos. Pero hoy, quisiéramos destacar el servicio silencioso y dedicado de María Isabel Garro Araya, quién por más de dos décadas entrega su vida con pasión y dedicación por las vocaciones de nuestra diócesis, desde la cocina del Centro Vocacional Casa Santa María.
Somos muchos los que conocemos a Mons. Javier Román Arias, Obispo de la Diócesis de Limón, pastor cercano que constantemente incursiona en los pueblos indígenas, llevando el Evangelio con alegría por medio de las ayudas y la fraternidad, recorriendo muchas veces a pie, aquellas retiradas zonas de la Región Atlántica, siendo un romero en todo tiempo. (Fotografía tomada del Facebook Monseñor Javier Román Arias).
En una espectacular mañana, donde los rayos del sol parecían saludar en cierto modo también a la ciudad de San Isidro de El General y confirmar con su luz la obra del pedestal Cristo Príncipe de la Paz, fue inaugurado y bendecido este domingo 19 de julio la réplica del gran Príncipe de la Paz, que desde inicios de la década de los ochenta miró y bendijo la tierra generaleña.
Son muchos los que conocen a un sencillo y alegre personaje, que por más de tres décadas a servido con pasión y entrega en la Catedral de San Isidro de El General; hablamos de don Víctor Castro Esquivel, generaleño que desde la década de los cincuenta ha ido escribiendo historia, pero ante todo ha visto cómo Dios ha tejido Historia de Salvación en su vida y en la de los suyos.