(Fotografía: Angélica Campos Jiménez, Diana Fonseca Sanabria, Hillary Romero Salazar y Gustavo Aguilar Acuña)
Angélica Campos Jiménez es una joven de 16 años que cursa actualmente su penúltimo año de estudio secundario, se cataloga a sí misma “como cualquier otra, con responsabilidades en el hogar y en el estudio, una joven que le gusta divertirse sanamente y compartir con sus amigos y familiares”; Gustavo Aguilar Acuña es un joven asistente de contabilidad en un bufete de abogados, que pertenece al grupo de Pastoral Juvenil y “gusta compartir con personas, conocer gente nueva y salir con amigos”; Hillary Romero Salazar es una joven de 22 años estudiante de comunicación visual con énfasis en diseño gráfico, agente de evangelización y servidora de la liturgia; y Diana Fonseca Sanabria quien trabaja como secretaria en la Caja Costarricense del Seguro Social, ejerce también su condición de bautizada sirviendo como lectora de su comunidad.
Estos jóvenes, tienen en común que, en medio de sus luchas, desánimos y retos, sirven con alegría y han colaborado desde su fe y experiencia de vida a mantener viva la Iglesia en el Barrio Los Ángeles de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en medio de los difíciles tiempos que ha deparado la pandemia del Covid-19; fue así, como los encontramos, con paños y productos de limpieza, realizando en medio del silencio la desinfección del templo.
Gustavo, fue claro en decir a Radio Sinaí 103.9 FM que, “este tiempo de pandemia ha sido poner un alto, un silencio entre tanto ruido que había, entre tantos eventos masivos donde nos preocupábamos por los números, y habíamos descuidado esa parte, lo que realmente importa, que es tener la cercanía de Dios”. Para Hillary, esta pandemia “a pesar de lo malo que ha traído, también hay cosas buenas que debemos aprender, valorar ir a la Eucaristía, el estar con las personas porque, realmente estar con alguien a veces no significa estar presencialmente, sino estar cerca en espíritu […] En esta pandemia, hemos aprendido que hay que vivir, y estar con Dios en todo momento, y valorar su presencia”. Mensaje que complementaba Angélica al decirnos que, si bien al principio sintió desánimo, luego “he podido reflexionar y sentir la presencia de Dios Padre en el silencio de mi habitación, y por medio de esta crisis he podido fortalecer mi fe y mi relación con Dios, y así mismo darme cuenta de que Jesús amigo siempre está a nuestro lado”, precisó.
Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, estos jóvenes también han reflexionado en la misión que la mujer tiene en la Iglesia y la sociedad. Así, Angélica nos dijo que, “la mujer en medio de la Iglesia, es testiga del amor de Dios […], y la misión de la mujer joven es seguir el gran ejemplo de María, de tal manera que, en nuestra juventud como mujeres, podamos dejarnos mover por el tierno amor de Jesús […] y día a día podamos buscar la santidad sin dejar de ser jóvenes”.
Para el joven asistente de contabilidad, “el papel de la mujer en la Iglesia es fundamental, empezando porque hemos sido criados por nuestras madres, fueron ellas las que nos encaminaron en el camino de la fe, son ellas las que nos transmiten la fe, son las que edifican esos cimientos […], son ellas las que tienen ese tacto humano, son las que prestan atención a los pequeños detalles, que hacen que los encuentros sean más fraternos y se preocupan por todo, son las prudentes y sin ellas no sería igual”, acotó.
Por su parte, la joven Diana Fonseca, catalogó la misión de la mujer como el servicio, “servir, ayudar, ser proactiva en el servicio, dar testimonio en medio de las nuevas generaciones, generaciones de cristal […] y educar para que sepan escoger el camino”, comentó. Idea que reafirma Hillary, cuando nos comenta que el papel de la mujer en la Iglesia, “lo podemos ver en María, una mujer humilde, entregada a Dios a ciegas, que ha hecho de las pequeñas cosas grandes maravillas […] eso nos ha enseñado a comprender que, en las pequeñas cosas, en el valor, en la sencillez, y en el amor que uno se tiene a uno mismo y la humildad, se pueden lograr maravillas”.
Finalmente, y como lo recordó Diana Fonseca, no ha de ser un día el de la mujer sino todos los del año; por tanto, “son todos los días donde tenemos que querernos, donde tenemos que mimarnos, donde tenemos que amarnos, y saber que el amor propio es el comienzo del día a día, agarrados de la mano de Dios”, indicó la joven secretaria. Para ello, “que se valoren tal como son, que se amen y se entreguen a Dios con humildad y sencillez, sin necesidad de que nos vean, más bien hacer las cosas por amor y dedicación y ser grandes para Dios”, agregó la joven estudiante de diseño gráfico.
“Con mucha alegría, les deseo un feliz día de la mujer, recuerda hoy y todos los días, que eres valiosa para Dios y eres la niña de sus ojos, sigue luchando y dando testimonio de Cristo, sigue siendo su discípula fiel y anímate a seguir este camino de santidad”, concluyó la joven estudiante de colegio.