La Visita Pastoral realizada por Mons. Juan Miguel Castro Rojas a la Parroquia Santo Domingo de Guzmán en Puerto Jiménez del 15 al 21 de junio del 2025, constituye una oportunidad preciada de compartir fraterno y vida pastoral para el quinto obispo titular de San Isidro; por tanto, hacemos un recorrido por las principales actividades desarrolladas, las impresiones que éstas dejaron en la visión del prelado, retos pastorales y luces en pro de la evangelización.
Gratitud a los Trinitarios por su misión:
«Cómo no empezar estas palabras, con un sentimiento de profunda gratitud y reconocimiento a los Trinitarios, religiosos que desde hace ya 31 años evangelizan esta querida Península, realizando una obra maravillosa en una zona retante, campo de misión, tarea que han desarrollado con mucha dedicación, con mucha vocación y con mucho amor, dejando y haciendo notar la huella de los trinitarios en estos pueblos; hoy, que está el Padre Luis Fernando Díaz Betancourt, ya próximo a cumplir 6 años entre nosotros, y quien ha estado sirviendo a pesar de su condición de religioso, sólo por un buen tiempo (sin vicario y sin comunidad de hermanos religiosos), reconocerle que, realmente es un sacerdote muy entregado, muy sacrificado, muy cercano a la gente, él quiere a la comunidad y la comunidad lo quiere mucho, logrando así identificarse con ellos. Por tanto, mi más sincero agradecimiento para los trinitarios y, de manera especial, al padre Luis Fernando por su dedicación a la parroquia», precisó Mons. Juan Miguel.
Jóvenes, campo de misión:
Al pensar en la juventud, el prelado del Sur del país, dice: «tuve ocasión de dar inicio a esta Visita Pastoral con la celebración del Sacramento de la Confirmación, ocasión propicia para encontrarme con jóvenes de toda esta parroquia; esta población constituye un reto al igual que en otras parroquias, razón por la cual siempre será importante ofrecer a los jóvenes mucha orientación y ayuda; pienso, que en esta etapa, los catequistas han sido verdaderos guías que han procurado invitar a los jóvenes para que se acerquen a la Iglesia, y puedan considerar a la Iglesia como una madre, que siempre les escucha y que siempre está ahí para ayudarles. Por tanto, insto a seguir realizando todo esfuerzo por acercarse a la juventud».
Laicos misioneros, servidores trinitarios, agentes de evangelización:
Otro tema que llena de esperanza al Obispo Castro, es la fuerza fiel de los laicos que desde distintos servicios construyen Iglesia, «esta rama laical dentro de la familia trinitaria, merece una palabra de estímulo y de gratitud, pues al compartir con ustedes constaté que no sólo nacen, sino que son un apoyo para los sacerdotes, al ejercer su misión y carisma vienen a ser como una familia, colaborando de forma muy cercana en las necesidades que se tienen en la parroquia, apoyando a los sacerdotes, y en este caso particular estando cerca del Padre Luis Fernando, animando y ayudando en todo. Admiro su carisma y entrega, al tiempo que elevo oraciones al buen Dios para que les anime y sostenga en su santo servicio», indicó.
Así mismo, amplío esta gratitud a los catequistas y a los agentes de evangelización todos, «ustedes son riqueza en una parroquia; y aquí, particularmente, ante la extensión geográfica parroquial y la larga estancia del Padre Luis Fernando solo en este pastoreo, ustedes han desarrollado una gran labor, y sin ustedes no se hubiera podido llevar acabo el trabajo y la misión en esta parroquia. ¡Gracias! Gracias a los catequistas, gracias a los agentes de evangelización por ese trabajo tan extraordinario que realizan, les animo a seguir apoyando al padre, a seguir trabajando por la Iglesia, les motivo a amar mucho a la Iglesia, y que todos los dones que Dios les ha regalado los pongan siempre al servicio de la comunidad».
Y agregó, «quiera Dios, y gracias al esfuerzo y visión del Padre Luis Fernando, quien se ha preocupado por rescatar el “Antiguo Convento”, pronto tengamos este lugar que sirva para potenciar a tantos laicos, y que este centro de formación y espiritualidad, que se está restaurando tan hermosamente, pueda contribuir al proceso de reuniones y procesos de formación».
Testimonios de fe, unidad y sencillez de vida:
Un punto que marcó esta Visista Pastoral fue el compartir la fe con los pobladores, «al entablar conversación con algunas personas de las distintas comunidades que pude visitar, me encontré con el testimonio de pioneros sacrificados que llegaron a esta región abriendo brecha entre las montañas, al contar hoy sus historias no sólo valoro sus esfuerzos de aquellos años, sino también la valentía con que han mantenido la fe, enamorados dentro de la Iglesia, han sido y son colaboradores muy cercanos a los sacerdotes, son auténticos testimonios de personas que poco a poco fueron abriendo camino tanto en la montaña como en la fe, para que esas comunidades sean lo que son hoy en día; sin duda, hay que reconocer el gran esfuerzo realizado y el testimonio de vida».
También, dijo Mons. Juan Miguel, «una palabra sobre el testimonio de comunidades que viven el Evangelio, dando ejemplo de cómo pueden unirse en un mismo proyecto, incluso en medio de las divisiones que podrían tenerse como familias, aportando y trabajando todos unidos por un mismo fin es una enseñanza maravillosa, porque en la medida en que estemos unidos grandes cosas se pueden realizar; testigo fiel de esto, es la comunidad de Rancho Quemado que, con sus logros, nos dicen que si es posible».
Así mismo, «testimonios como el de Doña Victoria, humilde adulta mayor, nos mostró con su vida un ejemplo de mucha fe, quien caminando más de dos kilómetros para ir a misa y siendo fiel a ésta, al escucharla puede uno percibir que son de estas personas que tienen la convicción de lo que es la fe, de lo que es el amor a Dios, de lo que es entregarse a Dios; ella, viviendo solita y en la humildad de su sencilla casita, no se queja de nada porque siempre cree en la Providencia Divina. Sí, personas como Doña Victoria, nos enseñan y nos dan un testimonio admirable», recordó Mons. Castro.
Vivir la fe en medio de la carencia:
«Unido a lo anterior, también como saben, tuve la oportunidad de celebrar la Eucaristía en descampado, bajo un humilde techito al lado de una casa, es una realidad que se vive en varios lugarcitos, con familias muy sencillas, familias muy humildes, en ambiente de piso de tierra, ahí se celebró la Eucaristía; una pequeña comunidad que se reunía, o unas familias pero, ahí estaban con todo el amor para escuchar la Palabra y para celebrar la Eucaristía. Son lugares muy lindos, de gente muy linda. Yo reconozco en ellos, esa fe que tienen, y el poder sentir la presencia de Dios también de una forma muy especial en estos lugares humildes y sencillos, que acogen la Palabra de Dios y esto es lo que provoca que se transformen, y nos hagan sentir su presencia», puntualizó el prelado.
Parroquia de exuberante naturaleza y diversos recursos:
Marcada por la variedad de realidades de singular belleza, «la Visita Pastoral permitió acercarse cada día a una experiencia distinta, desde el turismo, el arte, la naturaleza, la producción, el campesino, el mar, la montaña, entre otros; realidades que hablan de la riqueza del Sur, razón por la cual animo a los vecinos a seguir conquistando con trabajo la jornada de cada día, y pido a Dios que también les bendiga sus tierras, sus trabajos y sus esfuerzos, sus sacrificios y logros, porque es una lucha muy grande. Dios les ayuda en todo lo que realizan, porque sé que eso es el sustento para las familias. Dios les recompense», afirmó monseñor.
Y precisó, «testigo de esta riqueza natural, cuando admiramos en primera persona la exuberante naturaleza del Pacífico en la región de Drake, teniendo la oportunidad en Playa San Josecito de interactuar con los pobladores, compartir los alimentos, fraternizar y realizar un tour por lugares tan hermosos. Agradezco esta gran oportunidad que tuvimos de ir por el mar, y desde la lancha poder disfrutar de todo lo que Dios nos regala».
Espacio de fraternidad y servicio comunitario:
Una de las visitas que marco al Obispo fue el encuentro con los adultos mayores, «una gratificante experiencia viví en las visitas realizadas al Centro Diurno, hay que reconocer el trabajo de estos colaboradores y la preocupación para tener un centro de tanta calidad; observar cómo esta población es atendida diariamente en un ambiente de familia es muy bonito, la verdad que reconozco su esfuerzo, dedicación y vocación con que hacen posible que todos ahí se sientan como hermanos. Quiera Dios que los adultos mayores sepan aprovechar los beneficios de este Centro tan hermoso con que cuentan».
Retos Pastorales:
Al concluir estos días de peregrinación y servicio entre ustedes, pienso desde mi corazón de pastor los retos que pueden ser asumidos en la atención pastoral cotidiana, razón por la cual, preciso algunos elementos, a saber:
- El reto que implica el ser una parroquia tan lejana geográficamente hablando, que prácticamente está aislada, pues de Chacarita a Puerto Jiménez son 75 km, lo que hace que sea una parroquia que está lejos de otras parroquias, de otras comunidades y; sin embargo, en medio todo esto, el trabajo se sigue realizando.
- Lo anterior propicia el reto de poder ser fieles, de continuar en la evangelización que se realiza y llegar a todas las comunidades, llegar por caminos donde muchos son difíciles, algunos son lastreados solamente, unos mejores que otros; pero, caminos difíciles en su mayoría para poder llegar y atender la evangelización.
- El otro gran reto es poder trabajar con los jóvenes que son el futuro y el presente de la Iglesia; en este campo, debemos de trabajar de una forma incansable, porque ellos serán los que lleven todo este servicio eclesial.
A modo de conclusión:
«No obstante, quiero resaltar que, en medio de las dificultades económicas de la zona, hay una ventaja en esta parroquia, y es que, al haber mucho turismo, así como la producción de palma, ganado, vainilla y otros, hay bastantes fuentes de trabajo, esto hay que reconocerlo y agradecerlo a Dios, porque cuando hay trabajo, las familias tienen una fuente de ingreso para sobrevivir. Además, reconozco la entrega y el amor del Padre Luis Fernando y los Trinitarios que en el tiempo han pasado por allí; por eso, aprovecho, para expresar mi más sincero agradecimiento y reconocimiento al Padre Luis Fernando Díaz por esa labor tan hermosa que realiza en la parroquia, que Dios lo siga bendiciendo en todo lo que hace, pido a Dios le dé la fortaleza, y la gracia para seguir realizando todo con el amor con que usted lo realiza. Finalmente, hago mención de las virtudes y el servicio de los agentes de evangelización, por ello, un agradecimiento a toda la parroquia de Puerto Jiménez por haberme recibido durante esta semana, que Dios los bendiga mucho y les acompañe siempre, para que sean siempre una comunidad muy unida, llena de amor, de fe y de esperanza».