Don Rodrigo Solís, se siente muy agradecido con Dios y con la comunidad de Dota, pues movido por su espíritu de solidaridad en estos tiempos de pandemia, él y su familia, idearon llevar hasta este cantón la producción de ayotes y ahí venderlos, para que, con el dinero recaudado por las ventas, ayudar a familias necesitadas de esta comunidad.
Las muestras de solidaridad, como el ejemplo de don Rodrigo Solís, agricultor de Potrero Grande, nos deben de dar ejemplo de que:
“manos que dan nunca estarán vacías… ayudar al que lo necesita no es parte del deber, sino de la felicidad” (anónimo).