La mañana del 22 de febrero del 2025 marcaría historia de la Carrera al Cerro Chirripó, la Edición 37° que se realizaba en el marco del 50 Aniversario del querido Parque traería sorpresas, suspenso, emoción, llanto y alegría. Los equipos de organización y transmisión, jamás pensarían lo que aquella mañana nos tendría preparado, el arduo trabajo previo de un equipo humano y técnico bien dispuesto a llevar la historia, se preparó con responsabilidad y profesionalismo, pruebas y mejoras en los equipos, y hasta algunos contratiempos de camino que nunca faltan, parecían ser un adelanto de lo que estábamos por vivir.
Todo dispuesto, valientes y decididos compañeros de Radio Sinaí 103.9 FM se adentraron en montaña horas previo al evento para llevar cada detalle de carrera y, aquella mañana tras superar días de fuertes lluvias que hacían del sendero un reto aún mayor, el Creador quiso regalarnos luego de una fría madrugada un marco esplendoroso, un sol radiante calentó no sólo el ambiente sino a los presentes que expectantes querían vivir cada detalle desde la Plaza de Deportes de San Gerardo.
El imperioso frío vencido por el sol parecía hablarnos de lo que estábamos próximos a vivir, la Edición 37° al Chirripó marcaría un hito en la historia, su partida sin retraso con reloj militar, con la oración y bendición impartida por el Padre Johnny Leiva, párroco de la localidad, los atletas empezaron a surcar los senderos del muy querido Cerro… Habíamos sido testigos de una partida sin igual, donde el Rey del Chirripó Juan Ramón Fallas Navarro figuraba junto a nuevas promesas del atletismo nacional y grandes de la élite internacional venidos de Colombia, México y otros países.
Con una carrera inteligente, los costarricenses se mantuvieron junto a aquellos en los primeros puestos que marcaban el ritmo de carrera en sus iniciales tramos, incluso generando nuevos tiempos parciales, que muy pronto, adentrados en el temido y amado Chirripó fueron dando paso a un ambiente contralado que, dejó por ganador en ascenso a Base Crestones con ritmo de vallenato y sabor a café colombiano en Andrés Mauricio Ruiz Malaver, seguido del hijo de Jaular con dos minutos de diferencia y de Fallas Navarro por seis minutos infracción.
Mientras tanto, la Plaza de Deportes de San Gerardo de Rivas era testigo sin igual de una espera ansiosa, vivía minuto a minuto el suspenso y la alegría, abarrotada de seguidores, amigos y conocedores de atletismo y del imponente Chirripó, todos queríamos conocer ya cómo sería el cierre de este telón, el conocido paso arrollador y la virtud en descenso de nuestro Rey empezaba a dar fruto, las miradas se posaban en él, los cronos empezaban a dar las primeras referencias, y la inconfundible voz y precisión de Minor Romero contaba a Costa Rica y al mundo del vertiginoso descenso y descomunal esfuerzo que nuevamente Fallas nos estaba regalando.
Nuestros puestos estratégicos en plena montaña, como sólo Radio Sinaí 103.9 FM lo sabe hacer, arrojaban con precisión la información que todos queríamos oír, el café ahora tenía aroma a tiquicia y el vallenato se había convertido en música típica, los corazones parecían explotar de alegría, el humilde de Olán nuevamente pedía la corona, y luchaba a todo pulmón por alcanzar la que podría ser su doceava medalla. El paso por el Límite del Parque anunciaba con sonidos de marimba y folclore nacional que el Rey del Chirripó junto al Emperador Hernández hacían el 1 y 2 con buen paso y grandes ilusiones.
Así, habiendo recibido información de nuestro puesto a kilómetro y medio de meta, instantes después pasó lo inesperado, el Rey del Chirripó camino a la cinta de sentencia sufrió un golpe de calor, visiblemente descompensado y disminuido físicamente fue ayudado por amigos y conocidos que literalmente le hicieron ingresar en los tramos finales de la Plaza de Deportes, donde una comunidad entera de amigos, vecinos y visitantes ovacionaron al unísono con aplausos, llantos, júbilo y porras, era como si miles sostuvieran literalmente a un Rey que lo había dejado todo en el sendero, era una comunidad que reconocía con certeza la calidad de ser humano y atleta que es Juan Ramón; ahora, la carrera había tomado otro rumbo, no se podía digerir tan rápido todo lo vivido, había conmoción y suspenso… En muchos, las lágrimas decían más que mil palabras.
Pero había un ganador, el Cerro Chirripó había sido conquistado ahora, por vez primera; Marco Antonio Hernández Salazar estaba haciendo historia, la fiesta se empezaba a organizar en Jaular, un humilde joven de esta zona del Cerro de la Muerte se había convertido gracias a su firme paso y constancia envidiable en el nuevo monarca de la carrera a la cumbre más alta. Hernández, estaba en su día, había sostenido el paso de aquellos considerados grandes, y ahora, con precisión y mucho ahínco, entraba para los anales de la historia en el selecto grupo de los vencedores con un tiempo de 3 horas, 17 minutos y 31 segundos.
Pero aquella mañana no nos dejaría sólo un nuevo ganador, sino que Miriam Morales Hernández, con su dorsal 20 y su querido México en el corazón, paró el crono en 4 horas y 8 segundos para anunciar con ritmo de mariachi que venía a hacer historia, alcanzando el número uno en el podio femenino y batiendo el récord en más de 4 minutos.
Así, calló el telón de una edición más, de una intensa jornada que tuvo de todo, pero sobre todo tuvo amor, amor de quienes lo dieron todo como atletas, amor de quienes sirven en los distintos campos de la organización y logística, amor de quienes llevamos a ustedes mediante los medios de comunicación una información clara y precisa, amor de quien a través de este evento pueda encontrarse con el mismo Dios, creador de cuanto existe y salvador de nuestras vidas.