Los días 27 y 28 de agosto, han constituido jornadas intensas de visitas a niños, educadores, fieles y oficiales de la fuerza pública que peregrinan y sirven en la línea fronteriza de nuestra Diócesis de San Isidro, específicamente a la altura de la Parroquia de Agua Buena, como bien sabemos.
Según lo esperado, este martes la jornada dio inicio con las visitas a las escuelas Federico Gutiérrez del centro parroquial y a la Escuela de Cañas Gordas, mientras que este miércoles compartió con la Escuela de San Francisco, lugares donde aprovechó para intercambiar ideas con los educadores y escucharlos en medio de su realidad, atendiendo temas “sobre la situación social, política y educativa que vive Costa Rica en estos últimos años”, precisó el P. Alejandro Gamboa.
Así mismo, la visita a estas instituciones sirvió para abrir un espacio de compartir con la población estudiantil como ocasión de motivación y esperanza, haciéndoles un llamado a aprovechar las oportunidades de estudio que tienen. Ahí, el Obispo, como se puede observar en un jocoso vídeo, creó ambiente al recordar viejos tiempos bailando un trompo y haciendo de las suyas con la demostración de habilidades, que también quiso manifestar en otras competencias como las carreras, y más.
Durante su gira pastoral, visitó la delegación de Cañas Gordas, donde compartió con los oficiales de la Fuerza Pública destacados en esa localidad, con quienes dialogó entorno al poco apoyo que tienen por parte del gobierno, que los hace prácticamente no contar con patrullas ni motocicletas, y ante alguna emergencia que llegue a presentarse tienen que apelar a que una unidad viaje de delegaciones vecinas, limitándose en el poder brindar servicio de calidad”, recordó el P. Gamboa de lo expresado por los oficiales.
El día martes 27 de agosto, Mons. Juan Miguel visitó las comunidades de Villa Roma y Los Planes, celebrando la Eucaristía en Cañas Gordas, donde su homilía, guiado por la celebración litúrgica, versó en la figura de Santa Mónica, “madre ejemplo de fe, de tenacidad, de perseverancia y de espera por la conversión de su hijo”, acotó Gamboa.
Por su parte, este miércoles el Obispo junto a su comitiva visitó las comunidades de Los Ángeles y Copal, concluyendo la jornada con la celebración eucarística en Valle Azul, donde el prelado enfocó su mensaje en la riqueza que brota de la frase amar y servir, calando profundamente en que si uno ama al Señor no debe odiar a nadie.
Finalmente, estas dos jornadas ha sido marco para el encuentro con agentes de evangelización, entre los que destacan los formadores del tronco común, catequistas, consejos, pastoral social y pastoral familiar.