La Hna. Bernardita Calderón Mora nació el 11 de julio de 1966 en San Isidro El General, tomó el crucifijo como postulante el 20 de mayo de 1985 para ser por siempre Hermana de la Caridad de Santa Ana; así, comenzó el noviciado el 08 de diciembre de 1987, haciendo sus primeros votos dos años después y su profesión perpetua el 25 de enero de 1994 con gran alegría y convicción.
Quienes le conocieron, dan testimonio de su entrega y alegría, de su particular amor a la misión y sobre todo del don de hacer palpable el amor de Dios a través de sus actos; la historia narra que comenzó su misión en la Escuela Santa Ana en Liberia para el año 1988, apoyando unos meses como maestra de grado; después de realizar sus primeros votos en 1989 fue enviada al Centro Apostólico Juan Bonal en 1991, un año después fue a la Casa Juniorado a la etapa de formación por dos años para prepararse a la opción definitiva de entrega al Señor, y en 1994 es destinada al Colegio Nuestra Señora del Pilar.
A partir de aquel momento, se donó con entusiasmo y alegría a todos ofreciendo la Buena Nueva, sin importar en cual servicio estaba su entrega fue radical y fructífera; en algún momento es nombrada Delegada Provincial de Pastoral Vocacional y Animación Misionera, ámbitos que serían claves en su consagración, pues el poder contagiar e invitar a los jóvenes a discernir un posible llamado y el sentido misionero de la vocación cristiana, fue algo muy importante en su ser de consagrada.
Al ampliarse las actividades y tiempos que reclamaban dichos servicios, pasa a la Casa Provincial y despliega sus actividades en diversos pueblos, espacios y lugares a donde era llamada, especialmente su trabajo en las Obras Misionales Pontificias a nivel Nacional, donde pudo colaborar muy de cerca con el Padre Duran (qdDg), incansable propagador de las Misiones, al igual que ella. El tinte vocacional estuvo marcado en muchas tareas, es así como en 1997 es llamada a colaborar en el delicado e importante servicio del equipo de Formación de Juniorado, donde compartió su entusiasmo y alegría de su llamado vocacional con las hermanas.
Para el año 2000, algunas complicaciones de salud le hacen permanecer en la Casa Provincial, pero una vez recuperada la pasión y exigencia que experimentaba por proclamar la Palabra de Dios en alguna comunidad de pastoral, le llevan en el 2001 nuevamente al Centro Apostólico Juan Bonal, en Aguadulce Panamá, donde pudo desplegar sus capacidades y dones recibidos de Dios.
Luego de un breve paso por la Residencia María Ráfols, en Panamá, en el 2007 es enviada al Colegio Santa Ana en Liberia, donde continúa proclamando la Buena Nueva entre los alumnos con gran pasión, durante dos años. Para el 2009, luego una breve instancia en Panamá, llega a su querida Comunidad del Hogar Montserrat, centro que atiende y acoge a niños de familias desintegradas
Fue ahí quizá, donde desplegó con olor de santidad sus dones en favor de estos niños y niñas carentes de afecto, cuidado y atención; hasta el punto que esta comunidad de hermanas y niños fueron testigos cercanos y confortantes en muchos momentos de su enfermedad, la cual hizo camino al cielo.
En diciembre del 2013 inicia el proceso donde después de varios estudios fue diagnosticada de un tumor maligno en el ovario derecho, aunque se pensó en retirarla de toda responsabilidad de tareas y cargos para favorecer su estado de salud, ella manifestó que por favor no la separaran del Hogar Montserrat, que agradecía el gesto, pero ella necesitaba continuar en esa comunidad y cerca de esos niños que le necesitaban.
Así, continúo como superiora de la comunidad y directora del Hogar Montserrat, si bien disminuyó sus actividades y tomó los recesos de descanso requerido por el tratamiento, siempre estuvo muy cercana a la vida de las parroquias y de las actividades de la vida religiosa de la diócesis donde servía, al punto de ser nombrada presidenta de la Comisión Diocesana de las Religiosas en Puntarenas, por dos años.
Por todo esto, la Hna. Lorena Picado quien conoció a la Hna. Bernardita, la describe como “muy entregada, nunca escatimó esfuerzos por llegar a cumplir una misión o apostolado, algo que la caracterizó fue su sonrisa, tenía una sonrisa linda que en todo momento te recibía con una sonrisa hermosa y un abrazo, esa sonrisa cálida era parte de su rostro podemos decir…; la tarea que le pusieran en sus manos seguro que la iba a cumplir costara lo que costara, un don que tenía era escuchar, pasaba mucho rato escuchando, de manera especial a las jóvenes con inquietudes vocacionales”.
La Hna. Bernardita vivió su enfermedad con gran espíritu cristiano, con una impresionante entrega que hablaba de su riqueza espiritual, sin duda alguna el Señor le regaló una gran fortaleza, y fue desde el silencio y el dolor como vivió esta última etapa de su vida, unida a la pasión de Cristo; “ella, aprovechó su situación de enferma para seguir viviendo el carisma de nuestra congregación con confianza y segura de que el Señor era quien guiaba y acompañaba su vida en todo momento”, indica la biografía oficial ante su muerte.
En septiembre del 2013, Teletica en su espacio Más que noticias, realizó un reportaje donde se dejó ver las cualidades extraordinarias de esta religiosa; en aquella oportunidad, junto al grupo de niños del Hogar Montserrat participó de la experiencia de volar en parapente…; en el video, se mira una alegre y realizada religiosa, que con gran sonrisa y sencillez cuenta la misión que realiza: “acogemos a los niños y niñas en riesgo social y les ayudamos para que crezcan como personas de bien, con buena alimentación, educación y valores…; hoy vinimos con los niños a volar porque son maravillosos, ellos tienen un potencial que queremos lo saquen y se den cuenta de esas grandes capacidades que tienen para arriesgarse en la vida, ser libres y ser personas de bien”, precisó en aquella ocasión.
Llama la atención en aquella nota, los adjetivos con que el presentador catalogó a esta religiosa: incansable y correcaminos; sin duda, era la incansable luchadora por las buenas causas y la correcaminos que no descansaba por servir. Ésta, sin duda, fue la imagen que dejó Sor Bernardita en quienes la conocieron y compartieron con ella, unida a esa libertad de espíritu, elemento que quedó inmortalizado también en este entrega de Teletica, cuando con una sonrisa llena de paz y serenidad, exclama: “yo quiero ir al cielo, pero también quiero disfrutar de esto tan lindo…, quiero sentir esa libertad que creo todos deseamos experimentar desde allá arriba, con libertad”.
Ante su muerte acaecida este 9 de marzo, a los 50 años de edad y 29 años de vida religiosa, Radio Sinaí 103.9 FM comparte con su audiencia este gran testimonio de vida, y nos unimos a las palabras de las religiosas de la Caridad de Santa Ana cuando dicen: “te fuiste para estar con Dios definitivamente, hiciste de tu vida un “si” a Dios, ya no existe el dolor, Dios ha acogido tu vida; nos has dejado como herencia ese gran amor a la Iglesia, a las misiones, a la congregación, a la evangelización, a las vocaciones…, todo ello lo viviste con pasión y entusiasmo. Gracias por todo el ejemplo y lección que nos has dado y que valen para todos… Gracias por el recuerdo y testimonio de tu vida alegre y entusiasta que nos has dejado. Intercede por toda tu congregación, por la Iglesia, las misiones y las nuevas vocaciones”.