Este sábado 29 de julio, tomé el vehículo y me dirigí por el asfalto del imponente Cerro de la Muerte en busca de más información, pero ante todo de más testimonios de fe y esperanza; mientras manejaba, empecé alcanzar gran cantidad de romeros que mezclados entre los grupos de Pérez Zeledón, Coto Brus, Uvita y otros lugares, con paso firme nos enseñaban hasta dónde puede mover la fe el corazón del ser humano.
De pronto, mi mirada se posó en los pies descalzos de un hombre que parecía llevar un fuerte paso…, alcanzado en una curva se me hacía imposible detenerme, por eso avancé y lo esperé en donde la topografía me lo permitiera, tomé algunas fotos y continué con mi trabajo…; pero horas más tarde, mientras descendía la misma ruta, lo volví a encontrar, caminaba en las mismas circunstancias, y por eso preferí detener mi viaje y obtener sus palabras…
Se trataba de don Minor Morera, vecino de Barú y quien realiza su quinta romería en este 2017, la experiencia fe les hace tomar fuerzas para realizar algunos kilómetros de la peregrinación sin zapatos; y nos confesó que ésta, es la primera vez que recorría ya quince kilómetros no sólo sin zapatos sino también sin medias.
Al preguntarle qué le motiva realizar esta ofrenda, nos dijo: “hay que agradecer un poco por todo lo que Dios le depara a uno en el año y por lo menos una vez al año agradecer por el trabajo, la salud y por todo…”; sin duda su respuesta me evangelizó, pues muchas veces ante estos signos quisiéramos encontrar quizá lo que el mundo conoce como un hecho extraordinario, pero Don Minor nos respondió con algo que parece muy ordinario; sin embargo, con su respuesta, al mismo tiempo nos enseñó que eso ordinario es extraordinario, porque es don de Dios para cada uno de nosotros…, y ese fue su gran aporte.
Así, le acompañé por espacio de unos 400 metros mientras le entrevistaba, él seguía ahí con paso firme y fuerte, sus pies experimentaban el fuerte calor del asfalto a eso de las 11:00 am, y en ese contexto nos dejó una invitación: “motivo a todos a que vengan, pero deben tener fe, porque si no tienen fe la romería es más dura todavía”, precisó.