Este domingo 24 de noviembre al ser las seis de la tarde, en el contexto de la Eucaristía dominical por la Solemnidad de Cristo Rey del Universo en la Parroquia San Miguel Arcángel de General Viejo, lugar donde llegaron los primeros pobladores del actual Valle, tuvo lugar la celebración con la cual se dio el cierre del Jubileo Diocesano por los 70 años de la Diócesis de San Isidro.
Tras varios meses de constante celebración jubilar en todo el territorio diocesano de San Isidro, viviendo un largo camino de Gracia donde pudimos reunirnos para celebrar los 70 años en las distintas vicarias de nuestra Diócesis, y también las distintas celebraciones jubilares dedicadas particularmente a los sacerdotes, consagrados, a los agricultores, profesionales, jóvenes, familias, agentes de evangelización, entre otros; llegamos hoy, ciertamente a un fin, pero que nos abre posibilidades a continuar comprometidos en el vida eclesial.
En la celebración de este domingo, presidida por el Pbro. Elí Quirós López, Párroco de General Viejo y encargado de la Comisión del 70 Aniversario de la Diócesis de San Isidro, excusó ante los presentes a Mons. Juan Miguel Castro Rojas, quien hubiera deseado presidir la misa pero que, actualmente se encuentra haciendo presente a la Iglesia entre los más desposeidos con su servicio pastoral de cercanía en el ejercicio claro de una Iglesia en salida que acompaña a los damnificados por las lluvias en el sur del país.
Durante la homilía el Padre Quirós, con ocasión de la Solemnidad de Cristo Rey, precisó: «hoy, al final del camino que hemos seguimos a lo largo del año litúrgico, después del camino recorrido con Jesús, después de escuchar sus palabras y ver sus gestos, concluimos, proclamamos y confesamos que Él es nuestro guía, nuestro maestro, nuestro Señor, nuestro referente fundamental».
Y con el Evangelio, Jesús «deja claro que su realeza no se basa en lógicas de poder, autoridad, dominio o ambición, como ocurre con los reyes de la tierra. La misión real de Jesús es dar testimonio de la verdad; la cual se materializa en el amor, en el servicio, en el perdón, en el compartir y en el don de la misma vida», recalcó el sacerdote, como efectos y enseñanzas que nos tuvo que dejar este mismo jubileo.
Por ello, entorno a la celebración del 70 Aniversario y con ocasión del cierre de este año jubilar; «hoy, no queda más que decirle al Señor gracias, y que seguimos comprometidos en la evangelización porque queremos ser Iglesia en medio de nuestro mundo, una Iglesia en salida que nos compromete con los más necesitados, una Iglesia en salida que nos ha de ser parte de las realidades más existenciales de nuestro tiempo», acotó el sacerdote.
Y añadió, «al cerrar este año jubilar, nuestro pensamiento y unidad con el Papa Francisco, nuestra unidad en el mismo sentir con nuestro Obispo Mons. Juan Miguel, para que como pueblo de Dios, pastores y laicos, caminemos en medio de este mundo y podamos tener la sensibilidad necesaria ante el dolor y el sufrimiento de nuestros hermanos, y la fe puesta en Jesús Eucaristía alimento de salvación y fortaleza en el camino».
Al concluir, mención especial hizo el párroco de General Viejo acerca del jubileo de los encarcelados y el jubileo de los pobres, que si bien casi no trascendieron a la opinión pública, se realizaron como signo claro de profetismo y de una Iglesia cercana, mediante la presencia de la Pastoral Penitenciaria que pastoreados por el P. Luis Picado Méndez como capellán, llevaron en septiembre un mensaje de misericordia, conversión y perdón hasta las celdas de la penitenciaría y; el Jubileo de los Pobres que, mediante la campaña de donaciones en el contexto de la VIII Jornada por los Pobres, las parroquias de la Diócesis se unieron para llevar esperanza a los hermanos del Sur, también acuerpados por la Vicaría de Cáritas y Desarrollo Humano.