Este domingo 8 de mayo, Mons. Juan Miguel Castro Rojas visitó los poblados de Ciudad Neily, donde con motivo de la novena en honor a San Isidro Labrador, bendijo y animó a los productores de palma aceitera y arroz, así como a los jerarcas de Coopeagropal RL.
La cargada agenda de actividades desarrolladas durante esta jornada, dio inicio con la visita a finqueros de la zona y a un productor de aves en La Cuesta; posteriormente, visitó las instalaciones de Coopeagropal en El Roble de Laurel, ahí el Obispo conoció el manejo y tratamiento de este producto que tarda en producir tres años desde su siembra y genera al menos 20 toneladas por periodo.
En dicha planta de tratamiento, Don Jin Fernández presidente del Consejo de Administración, comentó que esta empresa nació el 3 de mayo 1986, cuenta con 720 asociados y más de dos mil productores, impactando en beneficios para unas cinco mil familias. «Entre los productores que generamos, están el aceite, la manteca y la margarina, los cuales se comercializan a nivel nacional, en Centro América, México y Europa», indicó Fernández.
El Obispo Diocesano fue recibido en el salón de sesiones, donde le comentaron cómo la cooperativa tiene un gran compromiso social y ambiental, entre los proyectos realizados destacan la construcción de centros educativos y de bienestar social como son los acueductos y la reparación de caminos; «esto, gracias a las más de 300 mil toneladas producidas por año, por medio del fruto cosechado en Corredores, Golfito, Buenos Aires, Pérez Zeledón y Parrita», preciso Fernández.
Posteriormente, el obispo fue guiado junto a su comitiva por todas las instalaciones de la planta, mientras los señores Ronulfo Prendas Campos jefe industria y Olivier Vargas Elizondo gerente, explicaron detalladamente todo el proceso y mecanismo empleado para producir los distintos productos de la marca local, junto al aprovechamiento de otros materiales sea para la producción de otros productos o para la misma operatividad de la planta.
Monseñor Juan Miguel, antes de bendecirles, dijo: «ustedes son la cabeza, y sobre ustedes se genera la responsabilidad por el bien de los productores, y siempre hay que pensar en ellos, sobre todo en los pequeños para que se distribuya por el bien de todos».
Seguidamente, el Obispo visitó varias fincas en la zona de Cangrejo Verde y La Campiña, procediendo a escuchar a los lugareños que le expresaban sus esfuerzos y desvelos en medio de su diario vivir al cultivar palma y arroz. Tras un almuerzo campesino compartido al aire libre y con un buen número de vecinos de esta comunidad, continuó la vista a las fincas, para dirigirse luego en una mula hacia el redondel de Naranjo, acompañado de otros caballistas y guiados por la imagen de San Isidro Labrador que era transportada en carreta.
Finalmente, en medio de un ambiente caluroso por las condiciones climatológicas de la zona pero también por la fe del pueblo, más de mil personas participaron de la celebración eucarística que presidió Mons. Juan Miguel Castro, quien durante su homilía quiso resaltar a la luz de la Palabra, tres elementos importantes.
«Primero, escuchar la voz del Señor, pues Él no nos quiere sordos, debemos tener un oído fino para escuchar la voz del Señor que nos indica cuál es el camino verdadero; segundo, el Señor nos conoce a perfección y sabe de nuestros pecados, infidelidades, penas y alegrías, abandonémonos en sus manos y pidámosle que nos llene de fortaleza para que transforme nuestro corazón; y tercero, la oveja conoce al pastor, escucha y atiende su voz», indicó el obispo.
Al finalizar, agregó: «oro queridos hermanos por cada uno, los felicito por este grupo tan extraordinario que se ha reunido a celebrar lo más preciado, he orado por esta comunidad y sigo orando por ustedes campesinos y trabajadores, por ustedes que producen y alimentan a nuestro país, que Dios les cuide y les acompañe y sigan viviendo esos dones tan extraordinarios de humildad, sencillez, rectitud, fe y esperanza».