El último día de la novena en honor a San Isidro, concluyó con la visita a la zona alta del Sur, concretamente en San Vito de Coto Brus, cuna de la colonia italiana que forjó este pueblo desde mediados del siglo pasado; ahí, Mons. Juan Miguel Castro Rojas, se acercó a comerciantes y empresarios del campo, quienes compartieron parte de sus esfuerzos e historia.
La primera actividad de la jornada, fue la visita a las instalaciones de la UISIL, universidad con medio siglo de historia, que va “formando profesionales en diferentes áreas, universidad al servicio de los estudiantes de bajos recursos económicos, que con 350 estudiantes en la Sede San Vito, ofrece carreras en el gran ámbito de educación, carreras con énfasis en inglés, la carrera de español matemáticas y estudios sociales, la carrera de educación especial y gerencia hotelera, administración de empresas e ingeniería en sistemas, entre otros. Esto ha permitido a las personas del cantón de Coto Brus, formarse en la zona y quedarse acá trabajando”, dijo el MSC. Tonny Sánchez Rivera, Director Administrativo.
Tras la bendición de las instalaciones por parte del Obispo, Sánchez Rivera comentó a Radio Sinaí 103.9 FM, lo valioso de esta visita, “una bendición y un privilegio, nos sentimos sumamente agradecidos que haya podido venir a conocer las instalaciones y bendecirlas, en cinco años que tenemos en esta instalaciones propias, no se habían bendecido las aulas, oficinas y mucho menos el santo San Isidro Labrador que tenemos al frente de nuestra instalaciones; muy complacidos con esta grata visita, que la vemos como un regalo de Dios”, precisó.
Luego se visitó y bendijo la Finca Catalina, donde Giampaolo Ulcigrai, italiano que se radicó en la zona, y quien desarrolla el comercio del ganado, no dudó en destacar lo bien que se siente en el querido Coto Brus, “para mí es uno de los lugares más bonitos que hay en Costa Rica, por el clima y por la actividad que desarrollamos que nos ha ayudado muchísimo; si he salido varias veces del país a conseguir semen para mejorar la genética, se ha logrado muchísimo, los animales que se producen ahorita tienen calidad de carne. El ganado ha sido completamente con semen traído de Estados Unidos porque he visto que son los animales con mejores calidades, me dedico a la producción de reproductores”, comentó.
Un lugar icónico del siempre sentimental San Vito es la Pizzería Liliana; ahí, la nona, como le llaman de cariño, Liliana Sorte Dalmazio quien nació en Bérgamo y migró en 1955, comentó con su acento marcado y su mirada serena, que esta historia lleva ya más de cuatro décadas, “empezó en la casa, yo dije: quiero ganarme algo, además de lo que gana mi esposo, pues me casé muy joven, de 15 años, con un hombre que me llevaba 12 años y medio, bueno fue el matrimonio, duró mucho; hace 26 años quedé viuda, pero ahora tengo nietos y bisnietos, entre la familia llevamos el negocio, y así vamos adelante con la ayuda de Dios. De mañana vengo ayudar para hacer la comida de la familia, y luego subo arriba a mi casa”.
Previo a la Eucaristía, se visitaron otros comercios, entre ellos, la Farmacia Veterinaria y Concentrados Consumi, quienes iniciaron su proyecto en Santa Elena y con los años lo continuaron en San Vito, familia que estudió en Italia y ahora laboran para aportar a la zona y así al país. Finalmente, en la celebración litúrgica presidida por Mons. Juan Miguel en el centro parroquial, dijo: “el amor de Dios es permanente, el amor de Dios nunca cambia a pesar de que nosotros cambiamos, qué hermosos es el amor de Dios, amor por el cual debemos volver nuestra mirada constantemente, amor que debemos de practicar, mirando en el hermano lo mejor, por eso tengo que amarle y servirle”.
Y haciendo referencia a la novena, Mons. Castro dijo: “San Isidro Labrador es un hombre humilde y sencillo que supo distinguir que el más importante en su vida es Jesús, y en medio de todo lo que vivió descubrió la grandeza de Dios; por eso, antes de ir a su trabajo lo primero que hacía era participar de la Eucaristía. San Isidro fue un adorador eucarístico, y todos estamos llamados a ser adoradores eucarísticos, encontrar en Jesús Eucaristía el pan vivo bajado del cielo que viene a alimentarnos, a fortalecernos, animarnos y llenarnos de su gracia”.