La penúltima jornada de esta novena preparatoria a San Isidro Labrador, llevó a Mons. Juan Miguel Castro Rojas hasta los calientes terreros de Buenos Aires, visitando a los valientes piñeros, quienes con gran esperanza lo recibieron tanto en los campos como en las instalaciones de la Corporación de Desarrollo Agrícola del Monte SA, conocida como Pindeco.

La empresa no sólo es piña como podríamos creer, «cuenta con 10 hectáreas donde producen chile, tomate, pepino y vainilla que comercializan en el mercado nacional y norteamericano», indicaron Barrantes y Soto. Así, como las hectáreas reforestadas, logrando certificados de carbono neutralidad en la Zona Sur, además de diversas certificaciones, entre las que destaca el manejo ambiental de producciones sostenibles otorgado por organismos internacionales; además, tienen dentro de sus áreas las reservas biológicas Montaña del Tigre y la del Río del General», comentó Barrantes a Radio Sinaí 103.9 FM.

Tras una visita por los extensos parajes sembrados en piña o terrenos que se preparan para el cultivo, se visitó cada una de las etapas de esta actividad comercial, en medio del típico barro rojizo de la tierra, y con ese aroma siempre dulce de la piña, el Obispo Castro Rojas degustó en el mismo campo el fruto producido, para luego saludar y bendecir a los trabajadores.

Tras sus palabras, Don Freddy Vargas en su calidad de Gerente, agradeció la visita del obispo, animó y agradeció a los colaboradores, y dijo: “pongamos todo en manos de Dios para salir adelante en medio de las vicisitudes que vivimos, no sólo por la pandemia sino también por los efectos de las decisiones de los líderes mundiales que, con la guerra y demás situaciones, impactan nuestro mundo”.

La jornada de este día concluyó con la celebración de la Eucaristía en el Gimnasio de Pindeco, donde el Obispo en su homilía, precisó: “debemos comprender que la vida es un regalo de Dios, debemos aprovecharla al máximo, y la forma de lograrlo, es hacerlo con Dios. Acá, somos peregrinos, vamos camino hacia la casa de nuestro Padre Dios, debemos por tanto seguir el camino que Dios nos ha trazado, y en la medida que tengamos conciencia de eso, las cosas serán diferentes”.




