Este domingo 24 de marzo dio inicio la Semana Santa con la Eucaristía del Domingo de Ramos. La Parroquia San Isidro Labrador, Catedral, reunió a sus feligreses a las nueve y treinta minutos de la mañana en la Feria del Agricultor Generaleño, lugar donde se realizó la bendición de palmas por parte de Monseñor Juan Miguel Castro Rojas, para posteriormente peregrinar hasta la Catedral.
En su homilía el obispo invitó a los fieles a reflexionar entorno a los últimos minutos de la vida de Jesús, los cuales fueron un verdadero tormento y se convierten en la actualidad en estampa de meditación “porque hoy, muchas tendencias ideológicas nos separan de estas dimensiones de la vida y caemos en la falsa conclusión de que un cristiano puede vivir sin cruz. Una Iglesia sinodal y en salida sabe que toda evangelización implica cruz: anunciar al Crucificado; vivir el rechazo cuando llegamos a los hogares, a los pueblos … pero confiados en el Señor seguimos adelante, en la búsqueda de la oveja perdida” indicó el obispo.
Por otra parte, el obispo diocesano, se refirió a tres enseñanzas para nuestra vida de fe, de la celebración de hoy. La primera de ellas es que cuando el dolor y el sufrimiento, lo asumimos por amor verdadero, ese sufrimiento se vuelve redentor. Monseñor Juan Miguel sugirió a los fieles continuar sus vidas confiados en el Señor y “al mirar al crucificado, recordemos que, al amar de corazón, tendremos un sufrimiento y un dolor diferente” indicó.
En segundo lugar, el obispo mencionó que como cristianos debemos tomar nuestra cruz con amor y devoción como verdaderos seguidores del Crucificado y por último el obispo apeló a que seamos cristianos auténticos “evitar la doble moral, cumplir con nuestro compromiso bautismal y ser una persona de bien para todos” concluyó Monseñor Castro.
Al cierre de esta celebración de inicio de la Semana Santa, el padre Jesús Piedra recordó a los fieles que con motivo del Jubileo de los 70 años de la Diócesis de San Isidro, del 18 de marzo hasta el 24 de noviembre 2024, por disposición del Papa Francisco, por medio de la Penitenciaría Apostólica, nuestra Diócesis ha sido enriquecida con la Indulgencia Plenaria. Por lo anterior, todos los que peregrinen a Catedral, estén en estado de gracia, hayan comulgado y rezado por las intenciones del Papa Francisco, tendrán la gracia de la Indulgencia Plenaria, noticia que fue acogida con mucha fe y esperanza por la gran cantidad de fieles que se encontraban reunidos en la Catedral.