Este lunes 13 de mayo, Mons. Juan Miguel Castro Rojas Obispo de San Isidro, visitó la Parroquia de Palmares con ocasión del cierre de la Novena a San Isidro Labrador, dedicando este último día al comercio, y a reflexionar entorno a una Iglesia agradecida con Dios.
La jornada del día inició con la visita a la Ferretería de Palmares donde el prelado conversó con los propietarios, quienes le contaron los esfuerzos que han realizado para hacer crecer la empresa y posicionarla como bandera azul, proyecto que los lleva a implementar tecnologías modernas como paneles solares y plantas de tratamiento de residuos; así mismo, nos contaron que cerca de 90 colaboradores realizan el trabajo en los distintos departamentos operativos, bodega, mercadeo, inventario, ventas, atención al cliente, prooveduría y otros. Ahí, el Obispo tuvo ocasión de manejar un montacarga y así bendecir a todos los que laboran en esta empresa.
Seguidamente, nuestra visita fue hasta Concentrados el General, empresa que produce y comercializa alimentos para ganado, pollos y cerdo, siendo este su mercado principal; en este lugar, le explicaron al Obispo que importan las materias primas para poder producir ellos mismos el concentrado, y recordaron cómo su fundador siendo transportista de ganado viajó en aquellos años hasta el sur y con gran visión invirtió para el crecimiento de los suyos y de las obras sociales que apoyó. Ahí, le hicieron un recorrido al obispo por la planta donde le explicaron los procesos de las diferentes líneas de producción.
La visita continuó el Electromuebles, donde el obispo Castro tras saludar a los propietarios hizo un recorrido por la tienda donde pudo apreciar algunos de los productos que ahí ofrecen, como lo son las camas, sillones, sillas, archivos, muebles para el comedor, entre otros; y posteriormente, visitar el taller donde 4 colaboradores hacen la magia de la ebanistería por medio de sus distintos procesos hasta la entrega del producto terminado.
Ya en Tres Jotas, Mons. Juan Miguel junto a su comitiva tuvieron la oportunidad no solo de conocer el mágico lugar de las instalaciones y a su propietario, sino mirar los procesos que realizan en estas secciones de frío y los tratamientos que dan a las carnes de res, cerdo y pollo, así como los embutidos, y las áreas de despacho y comercialización de todos los productos.
Tras el almuerzo que se tuvo junto al pie de un árbol en una soda de la comunidad ubicada a la rivera de la interamericana, nos dirigimos a la Hotelera del Sur donde fuimos recibidos por dos colaboradoras, quienes contaron cómo este hotel se conserva como una opción importante de alojamiento en Pérez Zeledón, y con sus poco más de 60 habitaciones, atiende en un 80% el mercado nacional. Ahí, el Obispo procedió a bendecir la instalaciones y visitar la cocina, donde entabló un diálogo con los chef.
Seguidamente se visitó la empresa Alimentos el Gavilán, donde su propietario nos recibió amablemente y explicó la variedad de productos que comercializa en alianza con mercados locales a quienes también en comunión con la empresa Bava ofrecen posibilidad de transporte y acarreo de insumos o producto terminado. Gavilán, es una marca de frituras que hace la diferencia en yucas, plátanos, papa chiricana, camote y otros.
Finalmente, la novena a San Isidro Labrador terminó este año 2024 con la celebración Eucarística en finca de la Familia Ramírez, ubicada junto a la ribera del río en la comunidad de Pinar de la Parroquia de General Viejo. Así, con el tema de hoy, en su mensaje, el Obispo escribió: «una Iglesia agradecida con Dios es aquella que reconoce la presencia de la Beatísima Trinidad en todo el quehacer humano y cristiano. Yo no puedo agradecer a Dios por lo que tengo si lo he adquirido injustamente por medio de la usura, el soborno, la explotación laboral, una remuneración ilegal para mis trabajadores, la comercialización inadecuada de los productos de la tierra y la violencia promovida por los famosos créditos gota a gota. Tampoco puedo agradecer a Dios por lo que soy si no defiendo al desvalido, al explotado, al pequeño productor y comerciante que trabajan de sol a sol para llevar el sustento a sus familias, a quienes mercadean productos para llevar bienes y alimentos a las familias de manera honrada y solidaria con aquellos que los necesitan, pero que no tienen lo suficiente para cancelarlos a contado y necesitan un crédito. Por eso, les exhorto a ser agradecidos con Dios y comprometidos con nuestros hermanos con responsabilidad y solidaridad».