Si existió alguien que amó y conoció por dentro a Radio Sinaí fue el Padre Coto, como de cariño se le recuerda. Sus más de tres décadas al frente de la emisora dicen de su servicio y su entrega, amante de la comunicación pero sobre todo de Dios y de la Iglesia, llegó a la dirección de la radioemisora en mayo de 1966, asumiendo esta perla de manos del Padre Jiménez; en aquel momento, una emisora en AM y con un transmisor de tan sólo un kilovatio ubicado donde hoy está Casa Sinaí.
Ningún inicio ha sido fácil, y éste tampoco lo sería, la radio había estado a punto de cerrar puertas pues la situación económica no era la más favorable, pero la Iglesia hacía el esfuerzo por mantenerla al aire con gran visión de futuro y recordando siempre que Dios no abandona a sus elegidos.
El Padre Coto, rápidamente comprende que estamos ante un proyecto de evangelización y de grandes envergaduras, es así como le “entra el gusanillo de la comunicación” y decide invertir, para 1974 contrata un transmisor de 5 kilovatios, trabaja por lograr las nuevas instalaciones que construirá en Barrio Sagrado Corazón para 1980 (son las actuales) luego de adquirir dicha propiedad en quince mil colones, e inicia las gestiones de la FM con ayuda del diputado Durán Picado hasta alcanzarlo en 1978. Sólo la visión futurista de este sacerdote le hizo pensar en una FM, y es así como logrará instalar un nuevo transmisor de 5 kilovatios en el año de 1990, esta vez en el Cerro de la Muerte; y finalmente, para 1998 instalará un transmisor en el Volcán Irazú con el deseo de alcanzar toda Costa Rica.
Recordaba el Padre Coto, que una de las cosas que se propuso el Padre Gonzalo fue la evangelización por medio de las Escuelas Radiofónicas de Catequesis, como ya dijimos; pero vale la pena recordarlo una vez más, porque es gracias a este espíritu, que se continúa con el programa “Sigamos a Cristo” que buscó preparar a los catequistas de base y a los adultos, realizando tanto bien en las comunidades.
Fruto del Padre Coto y de su visión siempre integradora, la emisora se fue transformando con el fin de dirigirse a todo público, es así como inician las transmisiones de música popular y romántica, cultura, deporte y entretenimiento, pero sin olvidar sus raíces de evangelización y educación. Pero esta apertura, contaba el Padre Coto, deparó nuevos horizontes a la radio, pues recordaba bien cómo por medio de un partido transmitido desde El Salvador, la emisora se dio a conocer en San José y empezó abrirse a otro mercado.
“Con nuevos recursos, nuevos proyectos”, decía el Padre Coto, y es así como la emisora del pueblo continuó acompañando a su gente, promoviendo el desarrollo de las comunidades y sirviendo como medio de comunicación en las más variadas formas de expresión, fue así como llegaron hacerse famosos los mensajes: “que me tengan el caballo listo con ropa” o el “avisen a mi familia que no puedo irme hoy, llego mañana”, entre tantos otros grabados en el corazón de nuestros oyentes.
Con este tinte particular y sobre todo con una visión y orden extraordinario, por más de 35 años el Padre Coto estuvo al frente de la dirección de esta emisora que sin duda fue su casa y su vida. Al Padre Coto, eternas gracias por su entrega y amor, porque su legado no muere en la historia y mucho menos en el corazón de los oyentes.