La devoción hacia Dios y hacia la Virgen María le ha permitido a Rolando Salazar realizar su romería desde San Vito de Coto Brus hasta Cartago durante 28 años. Rolando es un boyero vecino de San Isidro de Heredia quien realiza su peregrinar año tras año dándole infinitas gracias a Dios por el milagro de la vida y pidiéndole sabiduría para ser cada día una mejor persona.
Hace 28 años Rolando se encontraba en el Hospital San Juan de Dios en una cita que le había sido programada, debido a algunos problemas de salud que venía presentando, entre ellos su bajo peso corporal, el cual era de apenas 50 libras. Cuatro especialistas se reunieron junto a él para comentar su situación y hablar sobre su estado de salud, sin embargo luego de varios minutos de conversación, los doctores no le indicaban con claridad qué era lo que tenía, a lo que debió Rolando insistir para que le dijeran, indicándoles que él estaba preparado. “Cuando ellos me dijeron que tenía leucemia yo lloraba desconsoladamente” indicó Rolando. Fue ahí cuando él decidió hacer su romería desde San Vito hasta Cartago, y además de eso, hacerla descalzo. “Le pedí a Dios que me diera las fuerzas para poder caminar todo el recorrido” indicó, y con la ayuda de Dios, de sus hermanos y de mucha gente que lo ayudó, logró llegar a la casa de nuestra madre la Virgen María, para cumplir su promesa.
“Cuando yo le hice mi promesa a Dios y a la Virgen no les pedí que me curaran, les pedí que me dieran fuerzas para aceptar la voluntad de Dios. Seguro Dios me ama sobre todas las cosas porque me tiene aún aquí, por eso cada romería que pasa estoy más feliz, vengo a inyectar, vengo a masajear, vengo a ayudar en lo que pueda porque todo se lo debo a Dios”
El peregrinar que Rolando realiza hacia Cartago no desea hacerlo como un exhibicionismo del milagro que Dios hizo en su vida, por el contrario él nos menciona “sólo le concedo la entrevista porque el padre me lo pidió, porque no me gusta hablar con los medios, no vengo aquí para ser una persona importante, porque los que tienen que ser importantes son Dios y la Virgen, en vista que son los sacerdotes los que me lo piden, entonces uno tiene que ser obediente, …he caminado descalzo y ver cómo Dios lo ayuda a uno es increíble”.
En referencia a los momento más difíciles de la romería, Rolando expresa que no son las diversas limitaciones por las que pasan en los albergues o los dolores y el cansancio del cuerpo, sino que considera que lo más difícil es la meditación interna, el reconocer que como persona uno se equivoca todos los días. La romería para él significa un retiro espiritual de nueve días en el cuál puede recargar sus baterías para todo el resto del año, es allí donde encuentra la paz, el amor y la fortaleza para luchar cada día, debido a que cuida de sus padres que son adultos mayos, y en especial de su madre que está muy enferma.
Rolando realiza su romería en completa meditación y reflexión, le pide constantemente a Dios que le permita ser una buena persona y está consciente que para lograrlo debe ser humilde, no hacer lo que a él no le gusta que le hagan y compartir con los más necesitados. “No hay que desesperarse en los problemas y en la soledad, hay que pedirle a Dios que siempre se haga la voluntad de él y Dios nos ama con tantísimo amor que prueba de ello yo estoy aquí, no porque sea bueno, porque me equivoco todos los días y a cada rato, pero le pido perdón a él todos los días y le pido que me permita ser un mejor cristiano”.
Rolando finaliza su entrevista enviando un mensaje a todas las personas que realizan su peregrinar hacia la Negrita “no importa cuánto dolor sientan durante la romería, aún si llevan ampollas, rodillas, tobillos o caderas dañadas, el dolor más profundo que uno lleva es el dolor del alma, del corazón, entonces, si quieren sentirse aliviados hay que pedir con humildad, fe y devoción a Jesucristo, y siempre ante todo decir que se haga la voluntad de Dios no la mía, dame Señor la capacidad para aceptar lo que tú quieres para mi vida. A pesar de los problemas que tengamos, a pesar de los sufrimientos, a pesar del dolor, la vida es maravillosa, es lindísima, vivo cada momento de mi vida como si fuera el último”.